BIENVENIDOS AL BLOG DE LITERATURA UNIVERSAL DEL IES JOAQUÍN RODRIGO EN MADRID.

"La eternidad es una rara virtud de la literatura". Adolfo Bioy Casares.







4º ESO LIU

martes, 22 de febrero de 2011

Antología de la lírica romántica española


Aquí os dejo una selección de los mejores poetas del Romanticismo europeo. Ya sabéis que la clase del jueves no estaré con vosotros, por lo tanto debéis seleccionar al menos uno de los poemas y comentarlo: texto, formas métricas, biografía del autor, relación del poeta con su país... todo aquello que os sugieran los poemas. Podéis hacerlo de más de uno.

¡ que lo disfrutéis! ( por cierto, he reservado el Althia para vosotros jueves 3º hora) Debéis hacerlo el jueves, vale???


domingo, 20 de febrero de 2011

Romanticismo Europeo




El Romanticismo es un movimiento cultural, literario y artístico que alcanza su apogeo en la primera mitad del siglo XIX. El Romanticismo surge como reacción contra el espíritu racional y hipercrítico de la Ilustración y del Neoclasicismo. Este movimiento anteponía, ante todo:
El individualismo y el subjetivismo (egocentrismo, que tiene sus raíces en la filosofía kantiana y el idealismo trascendental) en el que la personalidad del individuo, sus ideales y aspiraciones se convierten en el centro de la vida y de su obra. Se da mayor importancia al sentimiento frente a la razón.
La búsqueda de la libertad, es entendida como necesidad del artista para explorarse y explorar el mundo exterior. Se opone a toda norma. En la literatura la libertad se manifiesta con la oposición a las normas y a las reglas neoclásicas. La razón y el didacticismo son sustituidos por la sensibilidad.
Se recurre a la originalidad en contra de la tradición grecolatina y a la creatividad frente a la imitación neoclásica. El ansia de libertad que surge frente al despotismo ilustrado favorece la aparición de tendencias nacionalistas, basadas en la valoración de la lengua y la cultura de cada pueblo.
El carácter revolucionario del Romanticismo es incuestionable ya que supone una ruptura con una tradición, con el orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales, en nombre de una libertad auténtica. La base reside en una nueva manera de sentir y de concebir al hombre, la naturaleza y la vida.

Canción del corsario ( Lord Byron)

En su fondo mi alma lleva un tierno secreto
solitario y perdido, que yace reposado;
mas a veces, mi pecho al tuyo respondiendo,
como antes vibra y tiembla de amor, desesperado.

Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta,
hay en su centro a modo de fúnebre velón,
pero su luz parece no haber brillado nunca:
ni alumbra ni combate mi negra situación.

¡No me olvides!... Si un día pasaras por mi tumba,
tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido...
La pena que mi pecho no arrostrara, la única,
es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido.

escucha, locas, tímidas, mis últimas palabras
-la virtud a los muertos no niega ese favor-;
dame... cuanto pedí. Dedícame una lágrima,
¡la sola recompensa en pago de tu amor!...

Versión de F. Maristany

domingo, 13 de febrero de 2011

TESEO Y EL MINOTAURO



En Creta reinaba el poderoso Rey Minos. Su capital era célebre en el mundo por el laberinto, lleno de intrincados corredores, de los cuales era casi imposible encontrar la salida. En el interior vivía el terrible Minotauro, un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre, fruto de los amores de Pasifae, la esposa de Minos, con un toro que Poseidón, dios de los mares, hizo surgir de las aguas. En cada novilunio había que sacrificar un hombre había que sacrificar un hombre al Minotauro, pues cuando el monstruo no satisfacía su apetito, se precipitaba fuera para sembrar la muerte y desolación de los habitantes de la comarca.

Un día, el Rey Minos recibió una trágica noticia: su hijo acababa de morir asesinado en Atenas. Minos clamó venganza, reunió a su ejercito y lo envió a Atenas para iniciar el ataque. Atenas, al no estar preparada, no pudo ofrecer resistencia y solicitó la paz. Minos, con severidad dijo: “Os ofrezco la paz, pero con una condición: cada nueve años, Atenas enviará siete muchachos y siete doncellas a Creta para que paguen con su vida la muerte de mi hijo”. Aquellos jóvenes serían arrojados al Minotauro para que los devorara. Los atenienses no tuvieron más remedio que aceptar aunque con una única reserva: que si uno de los jóvenes conseguía matar al Minotauro y salir del laberinto (cosa poco menos que imposible) no sólo salvaría su vida, sino también la de sus compañeros, y Atenas sería eximida de dicha condena.

Dos veces pagaron los atenienses el trágico tributo. Se acercaban ya el día en que por tercera vez la nave de velas negras, signo de luto, iba a surcar la mar. Entones, Teseo, hijo único del rey de Atenas, Egeo, ofreció su vida por la salvación de la ciudad. El Rey y su hijo convinieron en que si a Teseo le favorecía la suerte, el navío que los volviera al país enarbolaría velas blancas.

La prisión en Creta, donde Teseo y los otros jóvenes fueron alojados como prisioneros lindaba con el parque por donde las hijas del Rey Minos, Ariadna y Fedra, solían pasear. Un día el carcelero avisó a Teseo que alguien quería hablarle. Al salir, el joven se encontró con Ariadna, quien subyugada por la belleza y la valentía del joven decidió ayudarle a matar al Minotauro a escondidas de su padre. “Toma este ovillo de hilo y cuando entres en el Laberinto ata el extremo del hilo a la entrada y ve deshaciendo el ovillo poco a poco. Así tendrás una guía que te permitirá encontrar la salida”. Le dio también una espada mágica.
A la mañana siguiente, el príncipe fue conducido al Laberinto, tomó el ovillo, ató el extremo del hilo al muro y fue desenrollándolo, a medida que avanzaba por los corredores. Tras mucho caminar, penetró en una gran sala y se encontró frente al temible Minotauro, que bramaba de furor se lanzó contra el joven. El Minotauro era tan espantoso, que Teseo estuvo a punto de desfallecer, pero consiguió vencerle con la espada mágica. Le bastó luego seguir el hilo de Ariadna en sentido inverso y pronto pudo atravesar la puerta de salida.Teseo salvó su vida, la de sus compañeros y liberó a su ciudad de tan horrible condena. Dispuestos ya a reembarcar, Teseo llevó a bordo en secreto a Ariadna y también a Fedra, quien no quiso abandonar a su hermana mayor. Durante el viaje y tras una feroz tormenta tuvieron que refugiarse en la isla de Naxos. Vuelta la calma, emprendieron el retorno. Pero Ariadna no aparecía, la buscaron, la llamaron, pero fue en vano. Finalmente abandonaron la su búsqueda y se hicieron a la mar. Habían zarpado cuando Ariadna despertó en el bosque, después de caer extenuada por el cansancio. De pronto, y rodeada por monumental ceremonia se le apareció el joven más bello que nunca antes haya visto. Era Dionisios, dios del vino, quien le ofreció casamiento y hacerla inmortal. La joven aceptó y después de un viaje triunfal por la Tierra, el dios la llevó a su morada eterna.

En tanto, en Atenas cundía la tristeza. El anciano Rey iba todos los días a la orilla del mar, esperando ver a su hijo retornar. Al fin, el barco apareció en el horizonte. Pero traía las velas negras y el anciano desesperó. Es que Teseo, abatido por la desaparición de Ariadna había olvidado izar las velas blancas, signo de su victoria. Loco de dolor, el rey Egeo se arrojó al mar que desde entonces lleva su nombre. Pasó el tiempo y los atenienses reunidos en asamblea ofrecieron la corona a Teseo, quien se casó luego con Fedra y reinó por largos años.







Es este uno de los mitos más conocidos de la literatura clásica. El héroe que consigue salvar a su pueblo derribando un monstruo y una antigua maldición. Perseo es un clásico en la literatura posterior, incluso en la contemporánea.
QUiero que busquéis influencias de este mito en el teatro del clasicismo europeo, Calderón, Shakespeare, Racine... y posteriormente ya en siglo XX. No quiero resumen del mito, este ya os lo he contado yo, sino su influencia posterior e incluso en la actualidad.
Fecha: lunes 21 de febrero.

martes, 1 de febrero de 2011

MITO DE PERSEO



Perseo es un semidiós de la mitología griega, hijo de Dánae. Ésta había sido encerrada por su padre, Acrisio el rey de Argos, en una torre, para impedir que tuviera trato con varón, ya que una profecía le había anunciado que moriría a manos de su nieto. Sin embargo, Zeus se metamorfoseó en lluvia de oro y consiguió acceder a la estancia de Dánae y dejarla encinta.

Dánae engendró a Perseo, y al enterarse Acrisio los arrojó al mar en un cofre. Tras vagar durante mucho tiempo a la deriva, llegaron al reino de Sérifos, donde fueron recogidos por Dictis, hermano del gobernante de la isla, el tirano Polidectes, que es para Perseo como un padre.

La belleza de Dánae hizo que Polidectes también cayera enamorado de ella. Pensando que el joven Perseo podía ser un estorbo en sus planes intentó librarse de él mediante una estratagema. Ésta consistía en hacer creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía. Polidectes pidió a los habitantes de la isla que le entregasen un caballo cada uno como presente para poder ofrecer como regalo a la princesa. Al no tener ningún caballo que ofrecerle, Perseo le prometió traerle la cabeza de Medusa, una de las tres Gorgonas que podía convertir en piedra a los hombres sólo con su mirada. Polidectles aceptó satisfecho el ofrecimiento, pensando que la misión era un suicidio y el joven nunca regresaría.

Sin embargo, Zeus decidió ayudar a su hijo por lo que pidió a los dioses Atenea y Hermes que le prestaran su ayuda. Hermes le dio una espada con la que poder cortar la cabeza de Medusa mientras que Atenea le regaló un brillante escudo y le aconsejó sobre las tareas que tendría que realizar. Con el fin de encontrar el escondite de Medusa, Perseo fue en busca de las Grayas, tres brujas que sólo tenían un mismo ojo y un mismo diente y que compartían pasándoselos una a la otra. Perseo les arrebató el ojo y el diente, obligándolas a confesar donde estaba situada la residencia de Medusa a cambio de devolvérselos.

En su camino, Perseo se encontró con las náyades, de las que consiguió un zurrón mágico, el casco de Hades, que permitía volver invisible al que lo llevara puesto, y unas sandalias aladas. Con la ayuda de estos objetos logró introducirse en la residencia de las gorgonas. Usando el escudo como espejo logró cortar la cabeza de Medusa sin tener que mirarla. De la sangre de Medusa nació el caballo alado Pegaso.

De vuelta a su hogar, Perseo encontró a Andrómeda encadenada a una roca, lugar donde había sido dejada por sus padres Cefeo y Casiopea para ser devorada por el monstruo marino Ceto. Esto se debe a que Casiopea habia presumido ser tan bella como las nereidas, las ninfas del mar. Como cástigo Poseidon condenó a Andrómeda a ser devorada por Ceto. Perseo se enamoró de Andrómeda por lo que la liberó y mató al monstruo, convirtiéndolo en coral al mostrarle la cabeza de Medusa. Se quiere casar con Andrómeda. pero la joven ya tenía otro pretendiente, Agenor el rey de Tiroal que no le gustó que su novia se emparejara con otro; entonces Perseo no tiene más remedio que convertirlo a él y a los que lo acompañan, en piedra. Perseo y Andrómeda lograron finalmente casarse (después llegaron a tener seis hijos: Perses, Alceo, Heleo, Méstor, Esténelo y Electrión, y una hija llamada Gorgófone). Luego regresa a Serifos. Allí, Dictis y Dánae se han refugiado en un templo huyendo del acoso de Polidectes. El rey está muy ufano en su palacio pensando que se ha librado de Perseo.

Perseo se presenta ante Policdetes y ante toda su corte, pero ellos empiezan a burlarse de él, entonces, mirando hacia otro lado, saca la cabeza de Medusa y se la muestra; todos quedan petrificados con una expresión de incredulidad en sus rostros, en especial Polidectes.

Perseo devuelve todos los objetos mágicos y le regala a Atenea la cabeza de Medusa, que desde ese momento ella incorpora a su escudo. Después decide regresar a Argos.

Acrisio se entera de que su nieto viaja para encontrarse con él y pone tierra de por medio. Cuando Perseo llega, no lo encuentra. Está en un reino vecino, Larisa, presenciando unos juegos. Perseo lo sigue. Una vez allí, los organizadores le proponen participar en los juegos. Perseo acepta en lo del disco. Cuando lo tira, lo hace con tan mala fortuna que golpea a Acrisio y lo mata, cumpliéndose así la profecía.

Pero en Perseo no había ningún espíritu de rencor ni de venganza y, debido a esta muerte accidental, no quiso seguir gobernando su legítimo reino, Argos. En con*secuencia, intercambió los reinos con su vecino y tío, y construyó para sí una ciudad poderosa, Micenas, en la que vivió largo tiempo con su familia en amor y honor.

FECHA PARA ESTE MITO. MIÉRCOLES 9 DE FEBRERO.
 
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